martes, 15 de enero de 2008

Taxidermias de Ricardo Espinaza






Se va de ti mi cuerpo gota a gota.

Se va mi cara en un óleo sordo;

se van mis manos en azogue suelto;

se van mis pies en dos tiempos de polvo.

Gabriela Mistral

Que no te dicen que está

que de sustantiva retentiva por el tiempo futuro

o la creencia en el susurro desuello

del sueño

o algo como de vivir vidrio en la mirada que valora

que cuando tele viendo visiones de repente se desmaya

que desfile en montaje y homenaje las medidas

inexactas matemáticas

de piel

que de arcilla y alambre

que de olmo y enebro

que fomenta de adobe las entrañas robadas

del término que se va

Que no te digan que está

muerta

que colea

que la maquillan y duerme en la yerma

que viruta deja sin hueso la disputa

que acaso regazo

que a tanto rito santo modela dicha

en disfrazo.








Al sol mariposas tan hermosas

bellísimas mariposas

brillantisisísimas posas

hádicas del hado y hades

metiéronlas sádicas

por todos los culos que encontráronme

Ni las porosidades al ventéo respetáronme

Ni el siestéo al sombrío respetáronme

Y sisméan en las vísceras

bailan cumbia en la güata

zapatéan la cabeza

hasta el vómito de alas

Vómito rancio rancio de las alas agusanadas alas sin fin

Vómito rancio rancio de mí.






En el epicentro de mi ombligo

ahogándose tras el cultivo de hojas secas

y aserrín de estrellas relamidas

muy lamidas

en los mareados días uno a uno marcados

en las paredes interiores de su bolsa incubadora

girando sin saber de la estación y las vueltas del trompo lácteo

En el epicentro del ombligo

hojas secas y aserrín de estrellas

cultivando su nombre

y nada más que su nombre

repitiéndose en vuelo y ahogo

adelante y atrás anudándose

hace ya tantos años en adelante

y para atrás

como el péndulo de un planeta inmóvil

o el espectáculo de una comedia virtual.







Jamás habrá para ti un cementerio

El mejor disfraz pareces ser tú mismo

que confundiendo comercias que no estás

que en lo quieto te ve andando

que de muerta te cree vida

misma que un verbo que en modo alguno es

misma que un ánimo que de seguro no tienes

Jamás habrá para ti un cementerio

ni blancura lunar en los huesos que la carne dela tierra ausenta

La paz te observa como por los museos

admirando

y tú la ves como por una vitrina

en venta

Jamás para ti habrá una madera seca

ni un cementerio

ni cosa alguna que se le parezca.









Embalsamada en deseo

incluso

por el uso del artificio

que el consuelo imagina tranquila

muy tranquila

a la hora de su búsqueda partida

Embalsamado en verbo de un aliento matutino

Embalsamado en hueco y oído repetido

Embalsamado

literalmente

embalsamado.







En este ido y venido cuerpo muerto

de huerto curtido, ausente de lunas y desierto decir

donde tus moscas las de siempre

como nunca antes se niegan a comer

largas larvas saladas que no están

vidas

ni han de tener

por mentira que crea

un nicho donde dormir

las bendiciones de un Dios perecido

a imagen y mansa semejanza inmensa

que hace y rehace

al ser

al parecer de la letra muerta

en este ido y venido

que ni un gesto primero ni dos

segundos sumados

pronuncia.

De: Antologías Ed. LAR. Concepción, 2006.

© Ricardo Espinaza






* Ricardo Espinaza (Concepción, 1981)

Profesor de Español / Licenciado en Educación. Magíster© en Literaturas Hispánicas. Doctorando en Literaturas Latinoamericanas, Escuela de Graduados, Universidad de Concepción.

Ha participado en variados congresos de estudios literarios, encuentros de escritores y festivales de poesía en Chile y el extranjero.

En 2006 publica Antologías. Ed. LAR, Concepción. 
Actualmente prepara Parlantes. 

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